viernes, 28 de febrero de 2014

Sobre Venezuela


Llevo días buscandole forma a estas palabras, pero lo volátil y cambiante de la compleja situación que atraviesa el país, no permiten mantener una opinión concisa, al contrario, esta se ajusta de acuerdo a como se van desenvolviendo los sucesos, por ello las siguientes palabras estan redactadas a manera de cronología de la opinión.

Cuando se encendió la mecha, los primeros días del mes de febrero, con las protestas estudiantiles en el Táchira, me llamó la atención y me entusiasmo el resurgir del movimiento estudiantil, considero que es el único que goza con la completa legitimidad y autoridad moral para alzar su voz en reclamo a cualquiera de los problemas que aquejan a los venezolanos.

También note por esos días, al salir de mi trabajo, grupo de personas que como yo cumplían su jornada laboral y salían espontáneamente a trancar calles y avenidas en protesta por la situación económico/social de Venezuela, algo estaba pasando, el mosntruo estaba despertando Es por estos días que se da a conocer el proyecto #LaSalida de Leopoldo López, Maria Corina Machado y Antonio Ledezma, no me confie mucho en este planteamiento pues no tenía claro que era la salida, pero me pareció importate la realización de asambleas populares buscandole respuestas y alternativas a esta propuesta. 

El #12F los estudiantes deciden marchar hacia el Ministerio Público, exigiendo la liberación de sus compañeros detenidos injustamente en el Edo. Táchira, y ahí es cuando las cosas empiezan a desviarse, cuando Leopoldo López sale a querer robarle el protagonismo a los jóvenes y precipita el desenlace de #LaSalida. A lo largo de la semana previa a la marcha el equipo de Voluntad Popular desplegó una campañana en redes sociales, con un mensaje bastante emocional y eufórico llamando a #LaSalida, sin explicar en que consistía. Era de esperar que la mitad del país que adversa al gobierno, que se sentía abandonada por un Henrique Capriles que no dió la talla, aunado al impétu de la juventud, saliera ciegamente detrás de López y su promesa de salida, a mi parecer, gran irresponsabilidad de este al no aclarar su mensaje.

Tenemos que entender que no somos mayoría, las elecciones de abril pasado evidenciaron un país dividido exactamente a la mitad, no es secreto para nadie que hoy en día muchos chavistas están decepcionados de las políticas de Nicolas Maduro, pero aún no podemos contarlos dentro de las filas de la oposición. Por más decepcionados que se encuentren del gobierno actual, siguen enamorados de Chávez y por lealtad al mismo, no saldrán detrás de alguien que fue su adversario durante 15 años.

Aún no existe la base social suficiente como para presionar un cambio de raíz en la forma en que se manejan las cosas en el país. Al comenzar las protestas, eramos los mismos de siempre con las consignas de siempre, aunque con el pasar de los días eso ha ido cambiando. 

La represión desmedida y la censura ejercida por el gobierno de Maduro, quemaron la mechaa e hicieron estallar el barril, desatando un estallido social que no puede controlar ni Capriles, ni López, ni Maduro. La adjudicación de la dictadura militar como forma de gobierno, exige un replanteamiento de los objetivos, que a decir verdad nunca han estado claros. Estos han de ser en primera instancia, sentar al gobierno en una mesa de diálogo en condiciones justas y no el teatro que han montado con las Conferencias de Paz. La renuncia de Maduro no va a pasar.

En este diálogo deben estar representados los diferentes actores que hacen vida en la realidad venezolana, pero la voz cantante la debe llevar la dirigencia estudiantil, esto ya no es un problema político, es un problema social y sólo la sociedad venezolana puede resolverlo. Para que este diálogo se de, se ha de mantener la calle despierta, pero no con guarimbas y trancas en el este de Caracas, que solo restan en lugar de sumar, ha de mantenerse con protestas inteligentes y con contenido que arrastren cada vez más masa de gente y siempre debe ser pacífica, pero ojo, pacífica no es sinónimo de pendeja.

Me entristece no verle salida ni a corto ni a mediano plazo a esta crisis y me preocupa que la gente en las calles se canse y tire la toalla al no ver respuesta a sus exigencias, sobre todo porque muchos sienten que la protesta es para derrocar a Maduro y que falta poco para ello. Pero aún más me aterra, que de un momento a otro estalle "el verdadero peo", que va a pasar, cuando no quede un kilo de comida en los mercados. Porque a pesar de que hoy tengamos que hacer horas de cola para comprar un paquete harina PAN, aún la seguimos consiguiendo, pero cuando ni eso tengamos, como diría mi madre, que Dios nos agarre confesados.

Siento que si esta protesta se logra conducir a buen termino y se logra sentar al gobierno en un diálogo serio, "el verdadero peo" se puede evitar, así como el derramamiento de sangre que esto significa.

En lo personal lo veo muy difícil, pero bien reza el dicho...la esperanza es lo último que se pierde.

Cuídense los unos a los otros, que la calle no está nada fácil.

Paz.
Miguel.

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