Caracas suena peor de lo que se ve.

 Alguna vez Caracas fue bonita, me cuenta mi madre, todavía quedan algunos bastiones de resistencia donde la Ciudad se niega a morir, a caer en la desidia, pero en su gran mayoría, la Sra. de más 500 años, no ha aguantado más, el peso de unos pseudo-ciudadanos, que la empobrecen y entristecen, cada día más.

Yo he optado por bloquear mi sentido del oído con audífonos cargados de buena música, al caminar por las calles de la ciudad, para así aislarme de toda esa contaminación sonora y demás basura auditiva que ronda por sus aires. Pero el día de hoy (debido a un desorden reinante en mi cuarto), cuando llegaba la hora de salir de mi refugio de paz y enfrentame a la selva de bloques y láminas de zinc, no encontraba los mencionados audifonos, me toco salir sin ellos, salir a la guerra sin casco.

Escuché desde pequeños carros de bajo cilindraje a los que algunos idiotas, les ponen resonador para supuestamente sonar a carro de competición y terminan sonando a locomotora vieja, el zumbido de motos chinas y su respectivo corneteo, reggaeton y más reggaeton (cada uno peor que el anterior) en cada autobus y vagon de metro que abordaba, brutalidades e incoherencias de la gente al hablar, ignorantes que hablaban de una falsa revolución, como los niños hablan como cualquier malandro de Yare, en fin hoy 06 de Julio de 2010, tuve el infierno en mis oídos.

Ya encontré mis audifonos, mañana volveré a aislarme, puede sonar triste o negativo, el aislarse y no enfrentar la realidad, pero sino lo haces la jungla y todos sus animales te tragan vivo y sin masticar.